El VIANDANTE, ESE PERFECTO DESCONOCIDO |
El peatón, históricamente, es un factor muy importante en cualquier problema de circulación urbana. La evolución que la ingeniería urbana a adoptado, en torno al modelado de la superficie urbana, bajo criterios inscritos en la llamada movilidad sostenible urbana, no ha mejorado este elemento en sí mismo para su incorporación al resto de elementos de desplazamiento, pero sí le ha aupado a la parte superior de la jerarquía piramidal del modelo de movilidad.
La evolución del modelo de movilidad sostenible urbana lo establece como el agente prioritario, pero desconoce la circunstancia anterior, y en cambio, obliga a los demás medios de transporte a gestionar su seguridad, un proceso que es menos seguro para el peatón y para resto de modelos de desplazamiento. El hecho de que, desde el inicio de la motorización de la ciudad, se haya incluido más de un coche en la unidad familiar, puede presuponer que estos peatones convertidos en conductores, hayan mejorado su capacidad de desplazarse, bajo las normas, por el medio urbano. La realidad sin embargo, es que el modelo de conducta del conductor, reconociendo y respetando las normas de desplazamiento, no se traslada a este cuando se convierten peatón. |
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Estos datos, tienen en cuenta la ordenación de los elementos que componen un conjunto, y que en el caso de personas circulando por aceras es prácticamente nula. En una ordenación perfecta, por ejemplo, una formación militar logra una capacidad de 9.000 peatones por hora.
En Tokio, donde los peatones son altamente respetuosos con el colectivo, se han llegado a medir densidades de 3.200 peatones por hora, mientras en países europeos como Bélgica, las densidades apenas han llegado a 1.400 peatones por hora. Lo que sí se ha demostrado, es que en la circulación por un acerado de tipo medio, valores superiores a 500 personas por hora, produce un escenario incómodo para los mismos. Sólo en circunstancias extraordinarias, pasos subterráneos o pasadizos de metro, es posible admitir hasta 2.000 personas por hora. |
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Como ya se ha expresado anteriormente, en la zona de uso peatonal debe distinguirse entre el espacio utilizado como lugar de desplazamiento y aquel donde se asumen otro tipo de actividades (establecimientos, paradas del transporte urbano, zonas de descanso, servicios públicos o mobiliario urbano ornamental o funcional, etc).
Dichos espacios no deben ser incluidos en la zona de trayecto y su impacto en la movilidad del viandante debe ser estudiado y evaluado para que no resulte molesto a los usuarios. |